Hola.

Quien dijo que los fisicos tienen tiempo libre? Nada de eso. Cuando escribi el capitulo anterior de esta historia, pense que iba a escibir la segunda parte en breve, unos dias, a lo sumo una semana. Imposible. Todas estas semanas estuvieron llenas de actividad, configurando el computador en mi oficina, configurando ADSL en mi casa (una dura batalla), escogiendo una buena camara digital para inmortalizar estos dias, escogiendo un buen jardin infantil para Alejandro... Muchas cosas muy complicadas. Asi que no pude escribir antes. En fin. Me imagino que habran pasado unas reconfortantes vacaciones, al menos aquellos de ustedes que estan en el hemisferio sur.

Debo decir, antes que nada, que estoy devastado con la noticia, con ese terremoto noticioso que fue la ruptura entre Zamorano y Quenita. Increible. Y se iban a casar el dia de los enamorados, no? Y mas encima, ese mismo dia, lei en el diario que Barbie y Ken... terminaron! Mattel anuncio que seguian siendo "buenos amigos", pero que ya no seguian juntos, despues de tantos a~nos. Para peor, Barbie ya encontro nueva pareja, que es un australiano bronceado y desabrido llamado Blaine, surfista por supuesto. No es cruel la vida?

Para pasar la pena, me puse a escribir por fin la segunda parte de las historias de hospital. Es mucho mas corta que la anterior, para suerte de ustedes.

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Como recordaran, pasaban mis dias sin pena ni gloria en el hospital, sin poder hablar con nadie, y con suficiente tiempo como para preguntarme por que la dietista actuaba de un modo tan extra~no.

En medio de tanto pensamiento imbecil, por casualidad descubri que los japoneses tienen problemas con el palito. Con el palito del numero 7. Lo que pasa es que la tradicion por aca es escribir el 7 sin palito, y como aca los palitos significan cosas, cuando escribi en un papel un numero de telefono con un 7 con el susodicho, el tipo que lo leyo me miro con cara de "Kore wa nan desu ka?" ("Que es esto?"). Asi que, por favor, cuando vengan por aca olvidense del palito.

Una de las consecuencias de mi accidente, fue que no me pude ba~nar en varios dias, y como tampoco me podia parar, no pude hacerlo tampoco durante el comienzo de mi estadia en el hospital. Pero iban pasando los dias, y mi fiebre no bajaba, y seguia sin poder ba~narme, por instrucciones del medico. Asi que se imaginaran como estaba: 3 dias en el avion, 1 noche en el hotel (no lo dije, pero lo siguiente que iba a hacer despues de ver television esa fatidica primera noche era ba~narme), y varios dias en el hospital... nada agradable. Pero en algun momento la decision del medico cambio, y eso desencadeno una serie de estresantes momentos. Como nada puede reemplazar la emocion de los programas en vivo y en directo, he aqui un extracto de mi diario de vida, escrito minutos despues de los acontecimientos:

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Querido diario:

Acabo de tener la experiencia mas oriental hasta el momento, y la quiero escribir al tiro para no olvidar la sensacion.

Dia de ba~no! No me habia podido ba~nar por la fiebre, pero parece que se aburrieron de esperar que mi temperatura bajara de los 37, y me vino a buscar un tipo con impermeable y botas blancas, a invitarme a tomar una ducha. Busque mi ropa y toalla, ya parece una enfermera vestida igual. La pregunta vino entonces: Lo ba~namos juntos o solo uno? Uf!, que pregunta. Dije algo como "You know", que fue interpretado como "tu no mas", o sea el tipo. Y despues me llevan al ascensor. Llegamos al final de un pasillo con mucho frio, y me hace sacarme la ropa, y entrar a una pieza grande, con el suelo todo mojado, una gran pileta cuadrada al fondo, y dos sillas frente a dos espejos. Ok. Sientese. Me siento. Da el agua de la ducha telefono, y me pregunta si la temperatura esta bien, y empezamos. Me pasa una toalla enjabonada para el cuerpo, y shampoo. Todo bien hasta ahora. Entonces aparece un viejito, al que sientan en la otra silla. Mismo procedimiento. Nada contra los viejitos, pero hacia un ruido con la garganta, como si cada segundo fuera a vomitar, que no era muy agradable. Yo seguia en lo mio, mientras el gallo ayudaba al viejito. El termino primero, y lo metieron a la pileta cuadrada. Cuando termine yo, el tipo me pregunta... si quiero meterme a la pileta! ("Quieres decir, con el viejito que esta a punto de devolver el desayuno?") Diran que soy demsiado occidental para mis cosas, pero no, gracias. Asi que sali de la pieza, a ponerme la ropa, mientras la enfermera de antes me secaba cuidadosamente el pelo. Terminado lo cual me sacan en la silla de ruedas por donde vinimos ---con el viejito detras mio---, y por fin a la pieza. Fueron los 20 minutos mas emocionantes de mi vida en Japon hasta ahora.

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Como ven, este episodio, represento mi primer desafio con el modo de vida japones. Parece que no es extra~no esto de que, en determinados contextos, la gente se ba~ne con extra~nos en una pileta de breves dimensiones. Bueno, los romanos lo hacian, pero... estamos en el siglo 21 caramba! Claro que supongo que lo que realmente me molestaba era que justo me toco un viejito como compa~nero de ba~no...

El resto de mi estadia en el hospital fue mas o menos apacible. Me hicieron una encuesta de que me parecia la comida del hospital. Conteste que todo bien, por supuesto. Desgraciadamente eso habria sido rigurosamente cierto, si no fuera porque justo en el ultimo dia me sirvieron lo unico incomible de toda mi estadia, algo muy, muy picante, que simplemente no pude probar.

Y por fin llego el gran dia. Como ya me sentia bien, podia caminar, y me podia mantener de pie y todo eso, estaba en condiciones de irme. Me vinieron a buscar en auto, un par de alumnos de Hada. No fue sin incidentes, porque cuando estabamos saliendo del ascensor, la puerta se cerro cuando yo iba pasando, y me pego en la cadera. Y despues, cuando nos subimos al auto, cuando el "copiloto" cerro su puerta, me apreto la mano. O sea, indemne no iba a salir del hospital. Me consolaba saber que mi beca pagaba todos los gastos medicos, y que ahora me podia ir a mi casa. A estas alturas de mi estadia, ya habian llegado Jacqueline y Alejandro, estaban instalados en nuestro nuevo departamento, y podia entonces comenzar mi estadia en Japon en propiedad.

Lo cual sera materia de los proximos capitulos. Espero sinceramente continuar esta historia con mas regularidad de lo que ha sido hasta ahora. Por lo menos, hay un monton de temas que ya no necesitan mi atencion... por ahora.

Saludos, desde Fukuoka,

Victor