Hola, a todos.
Primero que todo, espero que hayan pasado una Feliz Navidad, y que tengan un Feliz Año Nuevo. Esta vez, en nuestra última entrega del año 2004, vamos a conversar un poco de eso, del fin de año. Qué gran diferencia hace un año en una persona. En esta misma época, el año pasado, simplemente no sabía nada de Japón. Todo era raro, y estábamos recién aprendiendo a apreciar las costumbres de este pueblo. Ahora ya los mismos detalles que antes nos pasaban de largo, ahora significan algo, y el proceso de aprendizaje ha sido muy, muy interesante. Ojalá que a ustedes también les haya parecido interesante, y les siga pareciendo el 2005. Saludos, y felices fiestas para todos,
Víctor
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Fukuoka monogatari Capítulo 16. O-shougatsu, el Año Nuevo.
Primera parte. Las fiestas de fin de año.
Las fiestas de fin de año son bien sui generis, en realidad. Aunque este país no tiene ninguna tradición católica, la Navidad no pasa inadvertida. Al contrario. Pero es una ocasión puramente comercial, donde priman los intercambios de regalos, una ocasión para ver Santa Claus por todas partes en la calle y en la televisión, y una ocasión para adornar bellamente las calles y edificios con luces de colores. Algunos lugares se ven realmente hermosos, y los paseos obligados son lugares como Tenjin o Canal City, simplemente a ver los adornos en la noche.
La verdad es que, en un nivel, los japoneses no son nada religiosos, en el sentido que no practican, en general, una religion formal. Pero, por otro lado, mirando sólo un poco bajo esa superficie, uno se puede dar cuenta de que la espiritualidad la viven en cada momento de la vida. Muchas tradiciones grandes y pequeñas están simplemente cargadas de esa "religiosidad inconsciente". El Obon, del que les conté cuando mandé las últimas fotos es un buen ejemplo. No es un feriado oficial, pero se respeta en las empresas, y se cumplen los ritos de rigor. Y eso es particularmente cierto en Año Nuevo. En occidente, por cierto, hay muchas supersticiones para esta época (comer lentejas, comer uvas, salir con una maleta a la calle, etc.). Acá es lo mismo, pero con símbolos quizás más concretos. Distintos tipos de adornos se venden en los supermercados y en los templos. Algunos son para ponerlos en las puertas. Otros para llevarlos en el bolsillo. Otros para comérselos al comenzar el Año Nuevo.
De hecho el tema de la comida es muy importante. Una de las tradiciones es comer "soba" (unos fideos delgados y grises) el 1 de enero. Pero eso no es todo. En Japón se puede llegar a gastar un verdadero dineral por una comida para el Año Nuevo. Varias semanas antes del 31 de diciembre comienzan a aparecer anuncios en los malls, supermercados, revistas, etc., de los platos especiales para el Año Nuevo. Son como unas cajitas divididas en varios compartimentos (6 a 9, típicamente), y en cada compartimento viene un tipo de comida distinta: camarones, verduras, algas, umeboshi (unas cosas como huesillos chicos muy, muy amargos, una de las cosas que todavía no puedo comer en Japón), carne, etc., todo en pedacitos chiquititos por supuesto. Estas bandejas, que a la vista son un deleite de colores y texturas, son extraordinariamente caras para su tamaño. Una de 20 por 20 centímetros, más o menos, puede costar tranquilamente 10 ó 20 mil yenes. ¡50 ó 100 mil pesos chilenos! Incluso para los estándares japoneses, esto es muy caro. Pero muchos lo compran.
Y si se decide hacer la comida en la casa, eso no significa que la vida sea más simple. Algunas japonesas se pueden pasar dos o tres días cocinando sólo para el gran día.
La tradición indica que hay que ir también a los templos a orar. En masa. Mucha gente. Los templos más famosos, como el de Dazaifu, cerca de nuestra casa, son un mar humano, donde se hace imposible caminar mientras más cerca del templo se está. Kimonos, comidas tradicionales, y los distintos tipos de amuletos disponibles para la ocasión, se pueden ver por todas partes.
Y entre los símbolos más recurrentes, el animal del año. El 2005 es el Año del Gallo (Tori-doshi). Gallos por todas partes. En pañuelos, en pinturas, en cerámica, en estampillas, en todo.
Pero todo esto es *después* del 31 de diciembre. En Chile estamos acostumbrados a la típica fiestoca, y por ahí dan las 12, los abrazos, la canción nacional por la radio, ver los fuegos artificiales por la tele o en la Torre Entel, y sigue la fiesta. Acá no. El 31 de diciembre es enfermo de tranquilo. O sea, alguna actividad hay, pero en general, se siente como una noche más. Toda esta historia de comer, de los templos, de saludarse, etc., es después, el 1 de enero, y los días posteriores.
Segunda parte. El recuento noticioso.
En todas partes del mundo, el Año Nuevo es la ocasión para hacer un recuento de lo mejor y lo peor del año que se va. Japón no es la excepción. Yo estoy suscrito al Daily Yomiuri, un diario en inglés que conocí porque llegaba al hotel de nuestros primeros meses en Japón. Con él, con Internet, y con NHK, la televisión estatal, que transmite su noticiario nocturno bilingüe, ya no me siento tan desconectado de los eventos.
Bueno, mi fiel Daily Yomiuri traía un recuento de los eventos del año en Japón y el mundo. Aquí, una selección de algunos, para que tengan un pequeño barniz de los temas que interesaron a los japoneses el 2004.
1. Terremoto en Niigata.
5.56pm, 23 de octubre, grado 6.8 en escala Richter. De este terremoto varios de ustedes supieron por las noticias, y fue mientras yo estaba en Francia. No fue el único en Japón, pero sí el más fuerte y devastador. Mas de 40 muertos, 4 mil heridos, y 13000 edificios destruidos, fue el saldo de este desastre. Algunos de los 100 mil evacuados murieron de trombosis en las venas (lo que llaman "síndrome de la clase económica"), al verse obligados a dormir en sus autos. El Shinkansen ("tren bala") que recorre la ruta afectada se descarriló durante el terremoto. Fue el primer descarrilamiento de un Shinkansen. (Días después, vi una caricatura de un afligido Shinkansen en el diván de un sicólogo, que le decía "A ver qué hacemos ahora con ese complejo de superioridad".)
2. Éxito en las Olimpíadas de Atenas.
Ya tuvimos un mail dedicado a esto. Siendo una potencia deportiva, en Japón las Olimpíadas no son una noticia más. Tienen amplia cobertura, programas especiales en horario "prime", estudios en Atenas, etc. El tema que compuso un dúo local para la ocasión, y que fue usado en todas las transmisiones olímpicas de NHK, fue un éxito de ventas.
Japón ganó 16 oros, 9 platas y 12 bronces, un record. Creo que desde las olimpíadas de Tokio que no tenían tantas medallas. Las más importantes fueron las de Tadahiro Nomura, en judo, el primero en ganar 3 medallas en su especialidad, y Ryoko Tani, la simpática judoka nacida en Fukuoka que ganó su cuarta medalla olímpica, lo que entiendo también es un record, para todo deporte olímpico. También fue muy importante la gimnasia por equipos, que ganó su primer oro en 28 años.
3. Huelga en el béisbol.
Por primera vez en la historia de este popular deporte en Japón, los jugadores fueron a huelga, el 18 y 19 de septiembre. Todo comenzó porque se propuso la fusión de dos equipos y, peor aún, la creación de una única liga nacional, en vez de las dos actuales, con la consiguiente reducción de equipos. Los fanáticos apoyaron a sus jugadores, y aceptaron en general sin problemas quedarse un fin de semana sin béisbol. En el Domo de Fukuoka, sede de los Halcones de Fukuoka, los jugadores se dedicaron a firmar autógrafos para su público, que acudió en masa.
4. Record de Ichiro.
Ichiro Suzuki es la estrella japonesa de los Mariners de Seattle, en las grandes ligas norteamericanas, que superó el record de 257 hits, que ya tenía 84 años de antigüedad. Al final de la temporada, la cuenta quedó en 262. En la conferencia de prensa posterior, dijo que el record podía ser roto nuevamente, pero que esperaba hacerlo él mismo. Ídolo.
5. Llegan los familiares de los secuestrados.
No sé si "secuestrados" es la palabra correcta. "Abductee" es la palabra que usan en inglés para este caso. Es un tema complicado que no entiendo. Japón tiene muchos problemas con Corea del Norte, y uno de los más sensibles es la retención de japoneses en Corea del Norte, contra su voluntad. En algunos casos se teme que hayan muerto, y Japón ha denunciado en distintas oportunidades que Corea del Norte no ha dado información veraz sobre su paradero. Incluso hace poco Corea dio por muerta a una joven japonesa, pero nadie, ni el gobierno ni en su familia, creen en las pruebas que dio Corea.
Un caso emblemático fue el de Charles Jenkins, un militar estadounidense que fue acusado de deserción por su país, y que huyó a/se quedó en/no entiendo muy bien Corea del Norte con su familia. Al tiempo su mujer fue retornada a Japón, pero a Jenkins y sus dos hijas no se les autorizó aparentemente, y comenzó una larga batalla diplomática y personal, que involucró a los más altos niveles de gobierno, para reunir a esta familia. Finalmente la reunión ocurrió en Julio en Indonesia, con amplia cobertura de prensa. Ahora viven en Japón. Jenkins fue apresado cuando volvió a Japón, acusado de deserción por Estados Unidos, y luego liberado. Ignoro su situación procesal en este momento.
6. Tropas de Japón en Irak.
No todos están felices con que Japón tenga tropas en Irak, aunque sean estrictamente para tareas de reconstrucción. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón está más o menos atado de manos en el plano militar por Estados Unidos, y por un lado seguro que no podría haber participado en el conflicto central, pero se habría visto muy mal para la relación entre los dos países que Japón no hubiera enviado tropas para ayudar después.
7. Record de tifones en Japón.
10 tifones tocaron el archipiélago japonés, un record absoluto desde que comenzaron los registros oficiales. Eso significó muchos daños, muchos muertos. En algún mail les conté que en menos de dos semanas, dos tifones habían llegado a Fukuoka. Ya era insólito que llegara uno.
Entre terremotos y tifones, Japón lo pasó mal este año. En su discurso de cumpleaños, el 23 de diciembre, el Emperador mencionó justamente los continuos desastres que afectaron a su pueblo. Y cada diciembre se elige un kanji para representar al año, kanji que es escrito en un gran papel por un sacerdote en una ceremonia especial en Kyoto. El kanji "ganador", por votación, fue "sai", que significa "desastre".
8. Hanryu (el boom coreano).
Esto merecería un capítulo aparte. Todo comenzó con la transmisión a principios de este año, por NHK, de "Fuyu no Sonata", "Sonata de invierno", la historia de amor de una pareja coreana. Fue, sin exagerar, un momento histórico en la televisión japonesa. Algo como "La Madrastra" o "Machos" en Chile. Un antes y un después. Todo el mundo pendiente de la teleserie, mujeres pegadas a los televisores durante semanas, el disco de la banda sonora vendiéndose como pan caliente, y sus protagonistas, en la categoría de íconos populares. Ella, dulce y encantadora. Él, dulce y encantador. Con su cara de guagua, sus lentes Harry Potter, su pelo estudiadamente desordenado, y su sonrisa angelical (ya estoy hablando como si me gustara), ha *cautivado* a las japonesas. Seguramente tiene un look demasiado infantil para gustos chilenos, pero en Japón "mata". Su nombre es Bae Yong Joon, o Yong-sama, para sus fans. (En Google uno encuentra más cosas relevantes por Yong-sama que por su nombre completo.)
Ha venido dos veces a Japón este año, y ha sido la locura. Caos en el aeropuerto, en las calles, en los hoteles. Mujeres de 30, 40, 50 años locas, al borde del llanto después de verlo o porque no pudieron verlo... Increíble. Japón no deja de sorprendernos. Y por supuesto, en publicidad, Yong-sama es el rostro de muchos productos. Las Handycam de Sony lo tienen hace rato en sus filas, y también unas pastillas que están en todos los supermercados y unos bombones, entre otras cosas que seguramente se me escapan. Su cara está en todos lados.
En un mail anterior les conté sobre unos bailes coreanos que fuimos a ver. Bueno, en el folleto de promoción del evento salían caricaturas de símbolos coreanos, y ahí estaba, la pareja abrazada, él con su cara de Harry Potter y su bufanda, la imagen característica de la teleserie.
No sólo eso, sino que todo este año, gracias a la teleserie, Corea (Corea del Sur, claro está, porque la del Norte es otro cuento) "la lleva". Es la moda absoluta. Miles y miles de japoneses han visitado Corea. Tours especiales los llevan por los lugares donde se filmó la teleserie. (No es la primera vez en la historia de Japón que pasa esto. Lo mismo ocurrió tras "Los puentes de Madison", que fascinó a los japoneses, que fueron en masa a Estados Unidos a buscarlos.) Y el interés por aprender coreano se ha multiplicado, sobre todo entre las mujeres. Por televisión (NHK), o en los centros comunitarios, el coreano arrasa. Como dije, es la locura.
Bueno, me parece que eso es todo por esta vez y por este año. Ya están al día del acontecer noticioso. Ahora a esperar el 2005.
Muchos saludos para todos nuevamente. Mata rainen (hasta el próximo año).
Víctor