Hola a todos. Japón entra a la primavera por estos días. Ya pasado el crudo invierno, uno de los más crudos de los últimos años, el tiempo comienza lentamente a mejorar. Lentamente, porque después de una sucesión de días radiantes hemos tenidos días nublados y hasta lluvias. Pero frío no hace, y todo está verde y floreciendo. En este capítulo de nuestra historia vamos a repasar el final del paseo al Monte Aso y eventos relacionados con el cambio de estación. Sin proponérmelo, el capítulo quedó bastante cultural, así que supongo que esta serie de historias está quedando como una mezcla entre el "Show de Che Copete" y "La Belleza de Pensar". Como sea, es posible que algunos de ustedes ya hayan visto varias de las fotos relevantes, porque están disponibles desde hace rato, pero ahora las condimentamos con la historia respectiva. Siempre preocupados por nuestros lectores, y como este capítulo también resulto largo, lo dividí en dos partes, pero en el mismo mail, para que detengan su lectura, den un paseo, y vuelvan al computador con renovada energía.

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Fukuoka monogatari ["Historias de Fukuoka"]

Capítulo 6. El Japón feudal, los Beatles, y la llegada de la primavera.

Parte A) El Japón feudal y los Beatles.

Cuando dejamos nuestra cabaña en las cercanías del Monte Aso, sabíamos que nos esperaba un largo día, pues había varios lugares que ver. Nuestra primera parada fue en el Parque Suizenji. El parque fue creado en 1632, y se dice que es uno de los 6 más bellos jardines diseñados como paisajes de Japón. Representa la ruta antigua entre Kyoto y Tokio, incluyendo una miniatura del famoso Monte Fuji, la montaña más alta de Japón. El lugar es bastante hermoso, aunque quizás nuestras fotos no le hacen justicia. Además, fuimos ligeramente antes de que todo el pasto estuviera realmente verde, pero de todos modos nos pareció un gran lugar para ver.

Dentro del parque hay un pequeño templo donde aprendimos sobre los ritos de rigor. La gente se acerca al frente del templo, arroja una moneda a una caja dispuesta para ello, aplaude dos veces, se inclina dos veces, pide un deseo, aplaude tres veces, y se va. Todo muy sencillo y pragmático. Otro rito habitual es comprar unos papelitos con tu fortuna. Después de dejar caer una moneda por una ranura, se saca un papelito al azar de una caja, y se lee. Lo normal es que esté en japonés, así que uno no entiende nada. Eso es lo que nos pasó cuando fuimos al Templo de Dazaifu, para las fiestas de Año Nuevo. Pero acá había papelitos en inglés, así que pudimos entender. A Jacqueline le tocó uno que decía "Muy buena suerte", y la verdad es que a todos les tocó lo mismo. De hecho, hace poco leí en un diario que es habitual que haya sólo papeles de buena fortuna, por lo menos en las fechas en que van los estudiantes a orar por el éxito en sus exámenes, porque no es la idea que se vayan deprimidos. De todos modos, les gané a todos, porque a mí me tocó "Excelente" fortuna. Después uno puede guardar el papelito y llevárselo, o atarlo a cordeles dispuestos para ello. También uno puede atarlos a ramas de los árboles, así que es habitual ver que los árboles cercanos a los templos están llenos de papelitos colgados.

La siguiente parada fue en el impresionante Castillo de Kumamoto. En este punto debemos decir que la isla de Kyushu, donde vivimos, fue siempre un punto estratégico de la más alta importancia en Japón, porque era la vía de comunicación comercial y política con el continente, particularmente China y Corea, de modo que acá se edificaron construcciones importantes, de las cuales aún quedan vestigios. El castillo de Kumamoto es uno de esos vestigios, en este caso bellamente preservado. Es uno de los castillos más importantes de Japón. En serio. Es considerado uno de los *tres* castillos más famosos de Japón, junto con los de Osaka y Nagoya. Fue construido entre 1601 y 1608 (es en estos momentos que uno se acuerda que Chilito recién va para el bicentenario...). Es bastante singular porque los castillos acá normalmente se construían o bien con fines bélicos, o bien con fines residenciales. Éste, en cambio, es una mezcla de ambos, de modo que está adecuadamente fortificado para enfrentar conflictos, pero a la vez su interior es extrañamente amplio para un castillo de esta naturaleza, pues servía también como residencia. Parte del castillo fue destruida, así como buena parte de la ciudad, por la última guerra civil en Japón, que se desarrolló acá en Kumamoto. Además ésta, como sabemos, es una zona sísmica, y el castillo ha sufrido por ello también. Pero ha sido reconstruido varias veces, como testimonio de la gloria de Japón. Lo más impresionante del castillo son sus grandes paredes exteriores curvas, diseñadas para evitar que los ninjas pudieran trepar por ellas y tomar el castillo. Una solución que deberíamos considerar para frenar la delincuencia en Santiago.

En fin, luego de todo un día tan cultural, debíamos regresar a casa, a nuestra camita.

Danny Summers, nuestro invitado, estuvo con nosotros varios días más, y creo que todos lo pasamos bastante bien con su visita, por su personalidad que es bastante extrovertida. El viernes siguiente al paseo se le organizó una despedida simbólica, una pequeña comida japonesa en un local tradicional. Yo tengo recuerdos particularmente buenos de ese momento, porque descubrimos con Summers que compartíamos un gusto por la misma música. Hay que decir o recordar que Summers es inglés, y su juventud la pasó en Inglaterra en los años 60. Así que Inglaterra, años 60, los Beatles... El asunto es que Summers tenía *infinitas* historias que contar, porque como estudiante en Londres por esos años, tuvo la oportunidad de ver no una sino *muchas* veces a los Beatles actuando en los distintos bares y lugares de la ciudad, y no sólo ellos, sino también a los Rolling Stones, los Yardbirds, Manfred Mann, Herman's Hermits, etc., todos esos nombres que para la mayoría de ustedes no significan nada, pero para quienes nos hemos obsesionado con la música de esos años son familiares. Por supuesto, él se sorprendió de que yo los ubicara a todos los que iba nombrando. Incluso en un momento trató de pillarme, hablándome de un norteamericano que grabó un tema que compusieron Lennon y McCartney pero que no grabaron... P.J. Proby se llamaba. "Por supuesto que lo conozco", dije. Así que no me pilló nunca. Los que lo pasaron mal ese rato quizás fueron los demás, porque los únicos que hablábamos éramos Summers y yo, pero fue muy, muy entretenido el momento.

Fin Parte A)

Comerciales.

Parte B) La llegada de la primavera

Uno de los legados impensados de la visita de Summers, para mí, fue que me hizo reparar a tiempo en una costumbre japonesa muy importante. Mientras paseábamos por el Parque Suizenji, encontramos, en una esquina inocente, un pequeño árbol con pequeñas flores rosadas. En ese momento, finales de marzo, estábamos recién saliendo del invierno, así que era uno de los primeros árboles que veíamos florecer. El problema es que toda la reacción de Summers y nuestros anfitriones japoneses parecía demasiado exagerada, y algunos le sacaron fotos al árbol, y otra gente que pasaba por ahí se detenía a mirar el árbol también. Summers bromeaba que ahora correspondía que nos pusiéramos a beber "sake", y nosotros no entendíamos nada. Cuando pregunté, me enteré de que este árbol, el cerezo, es muy importante para los japoneses, pues es el primero en florecer, y por tanto marca el comienzo de la primavera. La gente hace fiestas debajo de los árboles, y es todo un evento en Japón.

Cuando estuvimos en Fukuoka de vuelta, empecé a notar en el ambiente que todo era rosado, como las flores del cerezo. En el supermercado tenían flores artificiales. En el mall tenían avisos publicitarios rosados. En una tienda de té por ahí tenían enormes arreglos florales artificiales, rosados también, y ofrecían té hecho en base a las flores del cerezo. Y averiguando en internet me fui enterando poco a poco que estas flores ("sakura") son realmente una obsesión nacional. Es considerada la flor nacional, y literalmente... ¡Está en todas partes! En el reverso de las monedas de 100 yenes, ahí está. En la pintura de algunas líneas de buses, ahí está. En las insignias que les dan a los niños para que le pongan su nombre a las chaquetas de su uniforme, ahí están. ¡Alejandro tenía una y no sabíamos! Para nosotros era simplemente una flor. Pero no, hay todo un simbolismo detrás, y muchos de esos símbolos empezaron a tener sentido ahora que los reconocíamos. Y digamos que los japoneses se toman los símbolos en serio. En televisión y en los diarios, se publica el "pronóstico de la época de sakura" para cada ciudad. Entonces uno puede saber con anticipación cuándo los cerezos van a florecer en su ciudad, para cumplir con el rito de ir a verlos. De hecho, por estar al sur de Japón, la isla de Kyushu tiene el honor de ser la primera donde florecen los cerezos, y Japón está pendiente de cuando Kyushu comienza a mostrar sus sakura, porque significa que por fin la primavera ha llegado al país. La gente sale a pasear a ver los cerezos, se detiene a mirarlos en las calles, y, por supuesto, les saca fotos a los árboles, y a ellos mismos frente a los árboles. Es un poco divertido ver en los parques a la gente sacándole fotos a las flores de los árboles con sus celulares (porque acá los celulares sacan fotos), pero no es sino una muestra del cariño que le tienen a estas flores.

Por cierto, la tradición no es sólo mirarlos, sino tener una fiesta a sus pies. La gente va a los parques (hay parques especialmente famosos por la cantidad o por la belleza de sus cerezos, y ésos son los lugares "oficiales" para apreciar el espectáculo) y se sienta bajo los árboles, y come y bebe de lo lindo. Nosotros, que ya habíamos averiguado bastante del tema como para contagiarnos del espíritu nacional, fuimos a uno de esos parques "oficiales", en el centro de Fukuoka, el Parque Maizuru, que además es importante porque está construido en lo que fue el ancestral Castillo de Fukuoka. Todavía se conservan parte de sus murallas y sus fosos. Es realmente un lugar gigante, con varios niveles que deben haber correspondido a los distintos niveles del castillo, a los cuales se va subiendo por imponentes escaleras de piedra. Fuimos allá con el explícito propósito de ver sakura y de comer en el parque. No comimos bajo los árboles, porque encontramos un pastito que nos pareció bien, y además no veíamos ni tanta gente (lo que no nos extrañó, pues estábamos recién en el comienzo de la época de sakura). Pero después nos dimos cuenta, cuando continuamos nuestro recorrido, que todo el mundo estaba en otro lado, y el "tercer piso" del parque estaba *lleno* de gente. Algo de eso se puede apreciar en nuestras fotos. Todos alegres, todos bebiendo, una fiesta en su plenitud. Y todo por las famosas florcitas.

Varios días después de la visita al Parque Maizuru, los cerezos del campus donde trabajo (¡por supuesto, tenía que haber acá también!) comenzaron a florecer, y tuvimos un lindo espectáculo que duró varios días, en que todo el campus adquirió un delicado tono rosado. Pero tanta belleza no puede durar, y la temporada de sakura no es la excepción. Luego de un par de semanas, las delicadas flores empiezan a caer y ahora el color del campus es verde, por el pasto, y por las hojas de los árboles del cerezo. En todo caso, la caída de las flores es otro evento, y esta verdadera "lluvia de sakura" es un pequeño espectáculo en sí. Si uno va a los parques de rigor (nosotros fuimos al Parque Kasuga, que tenemos cerca), y se sienta al pasto bajo los árboles, tiene el pequeño placer de estar bajo esta lluvia de pétalos que tanto significan para los japoneses. Incluso en televisión uno puede ver comerciales o programas en que se recrea la experiencia.

Yo creo que esto de los sakura es una de las cosas más identificablemente japonesas que nos ha tocado experimentar acá. A lo mejor soy demasiado impresionable, pero para mí fue inspirador ver cómo una pequeña flor podía significar tanto para un pueblo. Seguramente tiene que ver, según me explicaba después otra persona, con que la primavera es realmente la mejor época para estar en Japón. Quizás se puede decir eso de cualquier lugar del mundo, pero cuando el invierno puede ser muy crudo, y en verano hay un apestoso calor húmedo que no es simpático, la primavera adquiere otro significado. Es el momento de salir y disfrutar. Puede que por eso el sakura, representando la llegada de la primavera, ha terminado por adquirir el status de símbolo nacional que tiene hoy.

Con esta breve reflexión termino. Ahora nos aprontamos a comenzar una seguidilla de feriados conocida como la "Semana Dorada". Cuando se trata de fiestas, en Japón saben hacerlas.

"Algunas" fotos para ilustrar la historia de hoy:

El parque Suizenji: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/suizenji/aaa

El monte Fuji en miniatura: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/suizenji/aaj

Un templo dentro del parque: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/suizenji/aag http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/suizenji/aah

El primer cerezo en flor que vimos (parque Suizenji): http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/suizenji/aal

Exterior del castillo de Kumamoto, con sus famosas paredes curvas: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/castillo_kumamoto/aac

Guardias a la entrada del castillo: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/castillo_kumamoto/aaa

Otras imagenes del castillo de Kumamoto: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/castillo_kumamoto?&page=1

Sakura en el campus Chikushi: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/cerezos_chikushi/aad

Todo es rosado en epoca de sakura: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/album23/aac

Parque Maizuru: mas sakura, las paredes y el foso del castillo de Fukuoka http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/maizuru/aam

Un fotografo en accion frente a los cerezos: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/maizuru/aal

La fiesta en pleno en el parque Maizuru: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/maizuru/abe

Las imponentes piedras en los dominios del antiguo castillo: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/maizuru/abd

En esta tierna foto familiar, se puede ver la insignia de Alejandro con su nombre, y que meses despues supimos era sakura tambien: http://spl09.esst.kyushu-u.ac.jp/gallery/familia/aac

Ahora sí, nos vamos. Hasta el próximo capítulo, después de las vacaciones.

Saludos,

Víctor